River Plata siempre se caracterizó por ser una “fábrica de cracks”. En la última década surgieron nombres como Aimar, Saviola, D’Alessandro, Cavenaghi e Higuaín, entre otros. Una mina de oro para cualquier institución del continente.
Sin embargo, tras la presidencia de Aguilar, las grandes pérdidas económicas se hicieron notorias por lo que apuraron el proceso de venta de jugadores recién ascendidos al equipo adulto. Con pocos minutos en primera y roce internacional, terminaban en equipos europeos a un muy bajo costo.
Según opina D’Onofrio, una de las primeras decisiones erróneas de Daniel Passarella fue echar al “único equipo de gente que estaba trabajando bien con Aguilar”. Tambien agregó: “Cuando llegó Aguilar, echó a Delém, un brasilero que sacó a jugadores como Saviola, Aimar, Mascherano y D’Alessandro. Y luego, en la última etapa, trajo a Rodríguez. Lo único que hizo bien Aguilar. Hoy, todos los jugadores jóvenes que tiene River son fruto de su trabajo”.
La contrapartida a esto fue la compra de jugadores. En el mandato de Aguilar se contrataron 95 en ocho años, lo que arroja un promedio de 12 por temporada. “Significa que cambiaste medio plantel todos los años, con lo cual no hay continuidad, se afecta el resultado deportivo. Si vos traés mucho es porque traés cantidad y no calidad; si traés cantidad, tapás al de las inferiores”, dice Matías Patanian, actual vocal de River.
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